No sé si te acordarás de cuando era pequeña y te decía "Mamá, no sé que haría sin ti" y tú, con una media sonrisa, siempre me decías que muchas cosas, que haría muchas cosas. Te lo digo ahora, que ya me considero "adulta" (o por lo menos con más madurez), tenias razón. He hecho muchas cosas aunque no estés presente físicamente pero sólo porque sé que eres la que me ayuda a tomar las decisiones, a saber que es lo mejor para mi. Te digo más. Mucho de lo que soy, lo soy por ti, gracias a ti. Porque te debo mucho. Me apoyabas en todo. Me acuerdo también de la infinita paciencia que tenías conmigo cuando estaba de mal humor, de tus risas, de tus lágrimas, de tus continuos abrazos por las cosas buenas y las malas, de tus interrupciones cuando estaba estudiando para darme ánimos, para darme mimos. También recuerdo cuando me decías: "Con lo pequeñita que eras y ya ni me entras en los brazos". Me encantaba escucharte cuando me contabas tus historias de tus veranos en el pueblo, o cuando me contabas lo que la abuela te hacía hacer o decir. ¿Sabes qué? Me encanta acordarme de las caras que ponías cuando comías limón. Me vienen tantos recuerdos... Echo de menos esas llamadas de "la pesada de mi madre que necesita saber donde estoy siempre". Echo de menos que alguien me proteja tanto. Siempre me hacías sonreír cuando me decías que me parecía a ti, por eso cuando alguien me lo dice, me encanta. Quiero parecerme a ti, quiero ser como tú. Pero creo que lo último que quiero decirte (porque estoy segura de que lo vas a leer) es que soy fuerte gracias a ti.
Te quiero mami ♥
